Es el misterio implícito en el AGNI YOGA, el Yoga de Fuego o de
Síntesis. La presión de los tiempos, a veces de carácter tremendamente
angustioso, está acercando al ser humano de cierto grado de evolución
espiritual a la cúspide de un proceso en donde la mente, tal como la
conocemos en su actividad normal, analítica y discernitiva, deja
prácticamente de sernos útil. Se llegó a esta cúspide en virtud de los
sinceros y repetidos esfuerzos de adaptación al Ser espiritual, que
esotéricamente definimos como el Ángel Solar (o Dhyan del Fuego –
"Doctrina Secreta"). La sinceridad y asiduidad del esfuerzo creó el
camino de luz técnicamente descrito como Antakarana. Pero, al llegar a
un determinado estadio del proceso, dentro del ejercicio mental
realizado a través de alguna técnica definida de RAJA YOGA, el aspirante
espiritual se da cuenta de improviso de que su mente se halla inmersa en
un estado de conciencia que niega aparentemente la raíz de todo esfuerzo
y de toda disciplina. Ha quedado prácticamente desguarnecida, totalmente
sumergida en un océano de inseguridad que les exigirá el último de los
esfuerzos y la postrer disciplina de carácter mental, "la conquista de
aquel estado de conciencia", totalmente nuevo y desconocido, en el que
acaba de penetrar.
Acerca de tal estado digo en "Los Misterios del Yoga":
"Las dificultades del AGNI YOGA, como Uds. podrán comprender,
residen en su aparente ausencia de actividad por parte nuestra,
acostumbrados como estamos a pesar, medir y calcular las cosas y
a edificar estructuras en todos los niveles. Pero, he aquí que
esta ausencia aparente de actividad es una actividad dinámica de
la más elevada trascendencia. Nos hallamos frente a unas
estructuras construidas por el esfuerzo combinado del espíritu
(la Resolución) y del entendimiento (la Mente), pero ahora el
entendimiento, y allí en este punto se halla la más dura de las
pruebas, debe ceder ante la fuerza del espíritu y dejar que sea
éste únicamente el que realice el último de los Trabajos, (la
integración) del vehículo físico, la emoción y la mente conocida
en un solo Cuerpo místico de expresión universal. Según se nos
dice esotéricamente –y tal como puede comprobarse en el Misterio
de la Fe cristiana, en el llamado Sacrificio de la Misa– existe
una preparación mística de silencio antes de que el sacerdote
oficiante introduzca la Hostia, la representación simbólica del
Verbo, en el interior del Cáliz, cuya prolongación objetiva es
el cuerpo del sacerdote. Pues bien, este silencio místico,
precursor de verdades y misterios, es el que hay que reflejar
dentro del ser a fin de darle al Verbo, a nuestro Yo
trascendente, la oportunidad de introducirse con toda la
plenitud de Verdad que su misterio representa, en el interior de
los vehículos estructurados, radiantes y magnéticos que creó la
actividad del RAJA YOGA en cada uno de los niveles expresivos
del ser. El proceso ya no es de estructuración progresiva del
edificio de las propias condiciones y posibilidades humanas.
Ahora el individuo sólo calla y observa, es decir, se sume
voluntariamente en profunda expectación y deja que sea su propio
Yo interior el verdadero artífice de la obra, quien realice el
trabajo de acuerdo con un modelo o diseño arquetípico de
carácter universal...
Hago un énfasis especial a esta locución "profunda expectación",
dentro de la cual el discípulo, pues discípulo ha de ser el
individuo que enfrenta esta prueba de fuego en su vida,
solamente CALLA y OBSERVA, revelando estas dos últimas palabras
el secreto contenido en el AGNI YOGA. Cuando el discípulo calla,
al someterse voluntariamente a la prueba del silencio, demuestra
humildad, una de las cualidades básicas que le son exigidas al
Hércules individual. La observación serena y expectante, sin
nada en la mente que turbe la atención, es el poder que permite
sintonizar la Verdad espiritual que subyace en tal estado de
conciencia y –tal como se dice en el Libro de los Iniciados–
"crea un nuevo camino en el seno del silencio", un camino muy
distinto seguramente del Antakarana de Luz que fue creado en un
proceso anterior. La frase a la que hicimos referencia estará
relacionada sin duda con el gran dictado místico "ver la Luz
dentro de la LUZ" y es singularmente significativa, ya que la
luz del Antakarana se ha perdido al introducirse en la luz de un
estado de conciencia superior y ha de crear forzosamente otro
tipo de orientación del alma. Esta orientación deberá surgir en
forma natural, sin exigencias, con la misma facilidad que brota
el agua de la roca en las altas montañas, un milagro de la
Naturaleza evidentemente dada la fragilidad del agua, pero que
nos habla de la fuerza misteriosa de los siglos trabajando
silenciosamente en ciertas direcciones y en forma persistente y
continuada.
AGNI YOGA es la representación de esta poderosa fuerza del agua
del Espíritu que ha logrado perforar la dura peña de los
cerrados convencionalismos, de la ciega virtud, de los vanos
prejuicios y de la absurda sumisión a la obra de las múltiples
tradiciones. Representa un cambio radical en la vida del
discípulo –y para mí discípulo es un término que puede serle
asignado a toda persona realmente sincera y bien intencionada–
que no le obliga a marchar en ciertas direcciones definidas por
cuanto no existen avenidas en el silencio, sino que le insinúa
en forma delicada y sensible que se someta a aquella prueba de
fuego del silencio y no la rehuya como efecto de un cierto
conformismo kármico, sino que la acoja con atenta y soberana
atención, pues todos los misterios de la Vida proceden del Fuego
y el AGNI YOGA, del silencio total del ser inferior, es la
culminación de los efectos del Fuego Divino (Dios es un Fuego
consumidor), reduciendo a cenizas las artificiosas estructuras
donde se apoya la personalidad psicológica del ser humano.
Tal estado –soy muy consciente de ello– será muy difícil de ser
comprendido y aceptado por los aspirantes espirituales de tipo
intelectual. Puedo asegurarles sin embargo, basándome en mi
propia experiencia, que el proceso del AGNI YOGA se inicia en
las propias dudas intelectuales y que sólo al cabo de muchas y
de muy intensas dudas mentales se alcanza la experiencia
trascendente del silencio.
Este silencio conforma creativamente la mente del discípulo con
la Voluntad superior, iniciándose así dentro de su alma la más
tremenda de las incógnitas y la más difícil interrogante: ¿Qué
hay mas allá de la mente? Se trata en realidad de la síntesis de
las tres grandes interrogantes en la vida del ser humano: ¿Quién
soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde me dirijo?
AGNI YOGA se halla más allá de la mente. No podemos introducirlo
pues en cualquier aspecto o disciplina de orden mental. Hay
poderosas razones ocultas que invitan al ser humano consciente a
preguntarse por aquello que su mente –por muy específica y
analítica que sea– se niega a revelarle, por ejemplo, el
sentimiento de paz que es indescriptible y se halla por tanto
mas allá del discurso mental. Yo afirmo, sin embargo, que más
allá de las fronteras de la mente hay una conciencia reveladora
que le muestra al alma cual es su estado y el silencioso camino
que ha de recorrer SOLA Y SIN APOYO EXTERNO ALGUNO para
descubrir al fin, después de un sinnúmero de fatigosas
disciplinas y exhaustivos esfuerzos, cual es la verdadera Meta
de su vida. Me estoy refiriendo concretamente a un estado de
conciencia –aunque quizás sería mejor definirlo una conciencia
sin estado– dentro del cual la mente se ha perdido, en donde no
existe atracción alguna hacia los pensamientos e imágenes
mentales y en donde prácticamente se ha perdido la habitual
conciencia de sí mismo. Me refiero naturalmente a la perdida de
la conciencia inferior estructurada a través de los innumerables
estados de ánimo y de las actividades concretas de la mente...
Una razón de vida –no me atrevo a llamarle de nuevo "estado de
conciencia"– que no da nociones de cosas, sino que ofrece
plenitud, paz e integridad. Sólo hay un nivel en la vida de la
Naturaleza capaz de prodigar estos dones inapreciables para el
alma humana, el PLANO BÚDICO, el Cuarto Plano dentro del Sistema
Solar y sólo existe un Yoga en la vida humana capaz
de interpretar debidamente esta razón de vida, el AGNI YOGA, el
Yoga de Fuego, el Yoga del Corazón, el Yoga de Síntesis. La
analogía, raíz del verdadero conocimiento esotérico, nos formula
estas razones:
Cuarto Plano
Plano Búdico
Cuarto Yoga
Agni Yoga
Cuarto Centro
Chacra Cardíaco
Cuarto Rayo
El de la Armonía a través del Conflicto
Cuarto Planeta
Nuestra Tierra
Cuarto Reino
El Reino Humano
Sin entrar en nuevas y más extensas relaciones, si hay que hacer
constar que el número CUATRO, dentro de un Universo septenario
como el nuestro, ocupará siempre el centro místico de la
evolución y marcará la ruta de ascenso hacia nuevas formas
superiores de vida. De ahí la importancia que ocultamente se le
asigna al corazón humano en el devenir de esta Cuarta Ronda de
Mundos dentro de la cual nuestro planeta ocupa el cuarto lugar.
De ahí también la relación del AGNI YOGA y el PLANO BÚDICO. Así,
cuando en estos comentarios esotéricos nos referimos al AGNI
YOGA como la Ciencia del Corazón, lo hacemos con pleno
conocimiento de causa basándonos en el principio universal de
analogía. Por ello, en "Los Misterios del Yoga", al referirme al
Corazón como síntesis de todos los Yogas, hago el siguiente
comentario:
"En realidad, y tal como hemos señalado anteriormente, un sólo
tipo de Fuego opera en el plano mental, aunque aparentemente se
muestre diferenciado en dos aspectos: el del Quinto Principio
Cósmico que trajeron a la Tierra los Ángeles Solares, los
verdaderos Prometeos del Cosmos. La explicación de esta división
aparente la tenemos en el hecho de que los tres subplanos
superiores del plano mental en donde actúa AGNI YOGA (y desde
donde el discípulo se introduce en el Silencio) están enlazados
con el Plano BÚDICO donde se manifiesta el Dios del Aire (INDRA),
una expresión divinizada del Plano etérico cósmico, Quien,
simbólicamente hablando, insufla Su aliento sobre el Fuego de
los tres primeros subplanos del plano mental haciéndole todavía
más sutil y ardiente, en tanto que el Fuego de los subplanos
inferiores del plano mental se hallan enlazados con los primeros
subplanos del plano astral, cuyo elemento constitutivo, el AGUA,
aún en su exquisita e indescriptible sutilidad o evaporación, le
resta poder al Fuego de la Mente en estos tres niveles en donde
se realiza el ejercicio superior del RAJA YOGA. En el Cuarto
subplano (del plano mental) ciertos devas muy especializados
fusionan, mezclan y coordinan los dos aspectos del mismo Fuego y
lo ponen a disposición del Ángel Solar el Cual, en determinado
estadio evolutivo los aloja plenamente armonizados en el corazón
del ser humano y desde allí, desde el SANCTA SANCTORUM, desde la
cámara más secreta, prepara las condiciones precisas y kármicas
que han de convertir las virtudes humanas en cualidades divinas.
A este respecto y para una mayor aclaración de acuerdo con las
leyes de analogía, hay que tener en cuenta que el corazón, como
centro de poder y de energía unificante, está situado también
entre los centros o chacras superiores de la garganta, del
entrecejo y de la parte superior de la cabeza y los inferiores
del plexo solar, del sacro y de la base de la columna vertebral.
AGNI YOGA, el Yoga de Síntesis, opera preferentemente desde el
centro del corazón y labora en los planos intuitivos de la mente
realizando el requerido equilibrio de la razón y de la voluntad
con el sentimiento y la intuición. Este equilibrio traerá
paulatinamente a la existencia el HOMBRE NUEVO, el hombre de la
Nueva Era (Séptima subraza de la Quinta Raza)".
El trabajo sobre AGNI YOGA es mucho más importante, por tanto,
de lo que pueda parecer a simple vista, no sólo porque prepara
el camino del Hombre Nuevo, sino también y muy preferentemente
porque es en AGNI YOGA en donde el sentimiento de UNIÓN que ha
de acercar el hombre a la Divinidad, empieza a actuar sobre su
conciencia y le revela el carácter de Síntesis, cuya comprensión
tiene efectos iniciáticos. La Iniciación es una eclosión natural
en la vida de la Naturaleza y su línea creativa de
acontecimientos trascendentes se inicia en el corazón a través
del AGNI YOGA y se explaya luego en las inmensidades del plano
búdico expresando en cada uno de sus subplanos algunos de los
hechos iniciáticos, así como las razones que indican la calidad
de los mismos. Sin embargo, por su carácter especial, no pueden
ser totalmente registrados tales hechos en el cerebro del
Iniciado. La razón es obvia; AGNI YOGA actúa más allá de la
mente y no deja tras de sí secuela alguna de recuerdos. Yo diría
sin embargo, que es el corazón quien los registra en forma de
paz, armonía y plenitud. Hay así muchos Iniciados que no saben
todavía que lo son por las razones expuestas. Es en etapas muy
avanzadas, cuando el Iniciado ha recibido la tercera Iniciación,
la de la Transfiguración, y ha enfrentado por vez primera en su
vida "la Radiante Presencia del Señor del Mundo", que el
recuerdo de las experiencias iniciáticas pueden llegar sin
dificultad alguna a su cerebro, ya que se ha establecido un
perfecto equilibrio entre las razones de la mente y los
sentimientos del corazón y, como consecuencia de ello, existen
una paz y una plenitud perfectas en la vida del Iniciado. Tal es
la culminación del AGNI YOGA y tal es, por analogía, la
conquista por derecho del plano búdico.
Hay que aclarar, no obstante, que este no es el carácter general
que ha de aplicarse al Iniciado, el Hombre del cual sabemos tan
poco. Hay excepciones que escapan a la regla y ofrecen notables
y distintas particularidades, es decir, que hay Iniciados que
desde el primer momento saben que lo son y recuerdan
perfectamente la experiencia iniciática y todos y cada uno de
los hechos que en ella concurrieron. Podríamos hablar
simplemente de una conciencia búdica de unidad que puede ser
registrada en forma de recuerdo por la mente o que puede ser
captada en forma de sentimiento de integridad por parte del
corazón. Pero, en definitiva, el Iniciado lo es por orden y
merecimientos y tanto si registra como no los acontecimientos
iniciáticos en su vida personal, su comportamiento social será
siempre el de un perfecto servidor del Plan y el de un verdadero
colaborador de la Jerarquía. Podríamos resumir todos estos
comentarios acerca del misterio del plano búdico en el sentido
de que expresa el equilibrio de la Voluntad de Dios con respecto
a la Naturaleza, un equilibrio que trata constantemente de
revelar el ser humano a la eterna búsqueda de la perfección, a
través del Cuarto Rayo que rige la evolución del Cuarto Reino
como un todo y que tiene como línea de actividad la realización
de la Armonía a través de todos los conflictos engendrados por
el karma. La existencia de este tremendo impulso espiritual
latente en el alma humana, capaz de vencer todas las
dificultades y sufrimientos a lo largo del fatigoso Sendero y
adueñarse del secreto de la Armonía cósmica, justifica
verdaderamente cualquier esfuerzo y tentativa en pos de los
bienes inmortales. Es por tal motivo que me he sentido inspirado
a escribir sobre el AGNI YOGA y a hacer resaltar ante los
aspirantes espirituales de nuestros días los cálidos secretos
del Corazón y la infinita Misericordia que se halla oculta en
cada uno de sus misteriosos repliegues.
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Leer algunos artículos de
Vicente Beltrán Anglada:
Abriendo espacios de
servicio para hombres y mujeres inteligentes y de buena voluntad
"Que la Humanidad constituya vuestro campo de servicio y
pueda decirse de ustedes que, conociendo los hechos
espirituales fueron parte dinámica de los mismos, que no
se diga que conocían estas cosas y no hicieron nada ni
se esforzaron por hacerlo. Tampoco permitanque
el tiempo se deslice cuando
trabajan."