[
La Vida es Siempre algo Nuevo
]
Por
Ilie Cioara
Cada uno de los poemas
comentados en este libro es un auténtico espejo, un regalo que
el autor le hace al lector, invitándole a mirarse en él y verse
a sí mismo, con sencillez, como contemplaría su cara en un
espejo. ¡Sólo hay que observar, con una mente clara, lúcida y en
pasividad absoluta! La sencillez de este encuentro carece de
propósito, expectativa o dualidad. Todo lo que afrontamos de
esta manera –pensamientos, imágenes, deseos o emociones–
desaparece por completo, sin dejar residuo alguno en la memoria.
En el vacío psicológico que sigue, la mente condicionada
desaparece y nos expandimos fundiéndonos con lo Infinito;
adquirimos una nueva mente, adimensional y omnímoda. En ese
estado, tenemos la capacidad de abarcar y comprender la
eternidad del momento presente.
Publicado por:
Editorial Sirio
Todos los poemas de este volumen abordan un mismo y único tema:
el “conocerse a sí mismo”. Cada apartado representa una
perspectiva diferente de la vida en su eterno desarrollo, en un
intento de revelar sus misterios y su verdadero sentido.
Cada poema representa un auténtico espejo, un regalo que el autor
te hace a ti, lector, invitándote a mirarte en él y verte a ti
mismo, con sencillez, como contemplarías tu cara en un espejo
común. ¡Sólo tienes que observar, con una mente clara, lúcida y
en pasividad absoluta! La sencillez de este encuentro carece de
cualquier propósito, expectativa o dualidad.
Todo lo que afrontamos de esta manera –pensamientos, imágenes,
deseos, emociones...– desaparece por completo, sin dejar residuo
alguno en la memoria. En la “vacuidad psicológica” que sigue, la
mente condicionada se desvanece, y nos expandimos, fundiéndonos
con lo Infinito; adquirimos una nueva mente, adimensional y
omnímoda. En este estado, nos hallamos dotados de la capacidad
de abarcar y comprender la eternidad del momento presente.
Si –durante la lectura de uno de los poemas– experimentas la
esfera de lo Infinito manifestada como un estado de Conciencia
Pura, el mérito de este encuentro es sólo tuyo. De inmediato, en
ese mismo instante, ¡rompe el espejo y deshazte de todos los
pedazos, que no quede nada! No guardes la experiencia en la
memoria, pues incluso el menor intento de almacenarla para hacer
uso de ella en un momento futuro conseguirá únicamente
fortalecer la estructura, imaginaria, del ego. Si a pesar de
todo, debido a la falta de atención, te has cargado con el
recuerdo de la experiencia, tienes una sola forma de eliminarla;
el simple encuentro directo, sin proponerte nada en particular.
Este mensaje, expresado en palabras sencillas, te invita a
observarte a ti mismo, en todas las circunstancias, tan a menudo
como te sea posible. Cada uno de esos encuentros –realizado de
la manera correcta– va debilitando pertinazmente la autoridad
del ego.
La atención –como una luz radiante– disipa por completo la
oscuridad, disolviendo y desintegrando todo lo que encuentra,
igual que un rayo láser. Si no memorizamos nada del poema que
acabamos de leer o de releer, los versos serán siempre nuevos,
completamente desconocidos, como si los estuviéramos leyendo por
primera vez; igual que, cuando te miras al espejo, descubres en
él tu cara como si nunca la hubieses visto.
La pasividad de la mente, que llega como resultado de la atención
lúcida y global, nos hace trascender el mundo finito y entrar en
la realidad de lo Absoluto, revelando nuestro verdadero origen
divino. ¡Olvida por completo los poemas, y también al autor!
Quédate solamente con el constante acto de escucharte y
observarte a ti mismo, con pura sencillez.
¡No necesitas de nadie ni de nada en el camino del despertar
espiritual! ¡Deja caer las muletas, todos los puntos de apoyo de
los que dependes, pues no sirven de nada! Al contrario, son un
auténtico obstáculo en este maravilloso viaje, que sólo podrás
realizar en ausencia del ego, en soledad absoluta, como ser
humano completo en el que cuerpo y mente son Uno.
Para que entendamos mejor cómo se manifiesta esta integridad,
debemos mencionar que, en un estado de humilde quietud de la
mente, la esfera de lo Infinito –en la que el pensamiento no
puede entrar– absorbe nuestro ser, y, en esa fusión total con la
Fuente de todas las Fuentes, somos amor creativo y nos
manifestamos como tal, renovándonos a nosotros mismos a cada
momento.
Lo que aquí se describe no son meras teorías ni conceptos
imaginarios sobre la vida, sino hechos verdaderos, que puedes
verificar con tu experiencia personal mientras lees o escuchas
uno de los poemas. Las palabras, cuidadosamente elegidas, no son
sino indicadores, cuyo único propósito es invitarnos a escuchar
y observar –de cierta manera– tanto las reacciones de la mente
condicionada como los ruidos que llegan del mundo exterior. Las
palabras simplemente apuntan a una experiencia directa
reveladora de la realidad, que absorbe por completo la
importancia que nos concedemos a nosotros mismos.
Es inevitable que ciertas palabras se repitan; sin embargo, la
experiencia de la realidad que late detrás de ellas será siempre
nueva. Este encuentro con la verdad, en la pasividad de la
mente, en el presente vivo y activo, es un mensaje que nos
sugiere una manera nueva de relacionarnos con la vida.
Cada verso, escrito en palabras simples, es una guía clara que te
invita a aplicarlo de inmediato. El simple hecho de leerlo o
escucharlo con una mente diáfana, atenta y lúcida te da la
posibilidad de experimentar directamente la realidad expresada
en verso.
En cuanto la mente individual se queda en silencio absoluto,
trasciende a lo Infinito. A partir de ahora tenemos una mente
nueva, ilimitada y atemporal, libre de problemas. Vivir en cada
momento de la existencia saca a la luz la mente superficial, el
ámbito del “sí mismo personal” o ego. Al fundirnos con la
simplicidad del verso, esa ficción –que es obra del tiempo–
empieza a perder lentamente su autoridad. La cárcel va perdiendo
consistencia y, un día, finalmente se viene abajo, disipándose
así sus energías.
Cuando tiene lugar este afortunado fenómeno, la realidad de
nuestro ser –eterno e inmortal– se apodera de nosotros y nos
guía por medio de impulsos intuitivos. Éste es el ser humano
nuevo, con una mentalidad diferente imbuida de un omnímodo amor
sin causa. De hecho, éste es el verdadero propósito del ser
humano encarnado: la demolición del antiguo ser humano gobernado
por la tiranía del ego, y la afirmación del ser humano nuevo,
manifestación de la Divinidad, autosuficiente en sí misma.
ILIE CIOARA
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2. LA
ILUMINACIÓN Y EL CONOCER DESCRIPTIBLE
La Iluminación es un fenómeno-misterio imposible de describir.
Ocurre
espontáneamente, expandiéndose en un momento nuevo,
ya que es eterna novedad siempre cambiante,
momento tras momento,
mientras que las palabras son viejas y limitadas.
Si intentamos traducir el “conocer” a palabras,
deja de ser nuevo y se convierte en una opinión imaginaria.
El conocer real lo percibe, en un estado de simplicidad,
el experimentador verdadero, con sorpresa absoluta.
Esto es la
inteligencia –pensar ilimitado–
que sobreviene como un relámpago, imposible de explicar.
Las palabras caducas, registros del pasado,
resultan inapropiadas en el ahora, pues son imaginarias.
Al verdadero
experimentador, integrado en
lo Absoluto, le basta con conocer;
no tiene necesidad alguna de reconocimiento.
El fenómeno se
experimenta como un
pensamiento de alta frecuencia,
preservado en el alma como una auténtica realidad.
El elevado
sentimiento que vibra dentro de nuestro ser
atraerá a nuestra vida otros pensamientos absolutos similares.
La Sabiduría está grabada en el alma,
y la vida es así eternamente frescura y originalidad.
La glándula
pituitaria, permanentemente estimulada,
hace que rebose de dicha todo nuestro ser.
El cuerpo se vuelve joven, vital; queda pospuesta la muerte,
y la vida se transforma, llena de serenidad.
El amor, la
inteligencia y la compasión
se expanden sin cesar, sintonizados con la Sabiduría,
estimulando al ser para que experimente
niveles de conciencia superiores,
hasta alcanzar, finalmente, el séptimo plano.
Este mensaje es
información práctica
sobre lo que se nos pide –pues dependemos sólo de nosotros
mismos
para retornar a la Fuente, a nuestro hogar–:
una actitud nueva ante la vida...; se trata
de una invitación sagrada.
“Conocer” por la
experiencia y el sentimiento
es tu potencial verdadero y te exige
que expongas lo falso –una engañosa ilusión–
y empieces a ser lo que eres: un ser eternamente creativo.
El fenómeno de la Iluminación sobreviene espontáneamente;
por su propia naturaleza, es misterioso e imposible de
describir. Aparece como novedad absoluta, y no se puede
comprender, por tanto, con la vieja mente erudita.
Descubrimos la Iluminación sólo por el sentimiento y la
experiencia, individualmente, cuando de verdad nos encontramos
con este fenómeno. Aparece como un relámpago, y no se puede
explicar con las palabras caducas que la vieja mente ha ido
grabando.
El individuo la experimenta como una integración en lo Absoluto,
y siente también la necesidad de exteriorizarla y expresarla. El
pensamiento de alta frecuencia vibratoria que define la
Iluminación se preserva dentro del alma, como recuerdo
concreto, y su esencia se revela cuando sobreviene este
fenómeno. El sentimiento que creó dicho registro atraerá sólo
pensamientos muy sutiles a nuestra vida cotidiana, que
expandirán perpetuamente nuestra Sabiduría. Estimulada por tales
pensamientos, la glándula pituitaria aumenta su masa hormonal, y
confiere de ese modo al cuerpo físico un estado de salud y
juventud, posponiendo el fenómeno de la muerte.
Paz, armonía y serenidad son los innegables efectos de
esta realidad. El amor, la inteligencia y la compasión en
expansión constante, así como la Sabiduría, estimulan y guían a
nuestro ser hacia niveles de existencia superiores. De esta
manera, progresivamente, alcanzaremos el séptimo plano de
conciencia y nos haremos uno con él.
Este poema-mensaje nos informa de lo que hemos de hacer, solos y
con nuestros propios recursos, para retornar a la Fuente de
todas las Fuentes, a nuestro hogar. Tenemos el “conocerse a sí
mismo” justo delante de los ojos invitándonos a poner al
descubierto la falsa importancia del ego, tan efímero, y, a la
luz de la experiencia y el sentimiento, empezar a ser lo que de
verdad somos, un Ser Eterno e inmortal. Dentro de todos
nosotros, sin excepción, existe la capacidad de experimentar
estas santificadoras actitudes y comportamiento.
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"Quien busca, encuentra"... por eso, los buscadores, siempre
buscan, incansablemente.