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[ Plenilunio
de C�ncer ]
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Jueves 28 de Junio de 2018 - 04:53 hs am GMT -� (Hora exacta)�
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Nota clave:
"Construyo
una casa iluminada y en ella
habito"
Despu�s del per�odo de los tres
Festivales principales de Pascua, Wesak y el Cristo, nos adentramos en la
experiencia que proporcionan los nueve Festivales menores. Estos nueve
festivales de Luna Llena integran los "atributos" divinos en la
conciencia humana, de igual manera que los tres Festivales principales
establecen los "aspectos" divinos. Los aspectos son bien
conocidos en cu�nto a las cualidades b�sicas de su energ�a, que
reflejan la trinidad subyacente de la divinidad: voluntad o prop�sito,
amor / sabidur�a y luz o inteligencia activa. Los atributos divinos est�n
basados en la armon�a a trav�s del conflicto, la ciencia concreta, el
idealismo o la devoci�n, y el orden y la organizaci�n. Estos atributos
son tan divinos como los tres aspectos principales en su estimulaci�n
del potencial espiritual de la humanidad.
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Las doce oportunidades de los
Festivales se utilizan, a trav�s de la meditaci�n y la canalizaci�n de
energ�a, para afectar al crecimiento evolutivo de todos los reinos‑
de la naturaleza. Durante la elevada tensi�n, de los tres Festivales principales, se produce un enfoque y concentraci�n de energ�a. El
aspecto subjetivo o consciente
de los tres reinos "Shamballa, la Jerarqu�a y la humanidad"
se encuentra profundamente involucrado en crear y mantener esta tensi�n
planetaria y, en consecuencia, resulta afectado intensamente por ello. Los
nueve Festivales menores se utilizan como oportunidades para que la energ�a
se exteriorice de acuerdo a su
cualidad y a las condiciones existentes.
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Pasados los tres Festivales
principales, este Festival de la Luna Llena de C�ncer proporciona la
cualidad que hace que las energ�as espirituales se asienten o manifiesten
en la vida diaria. La energ�a de este Festival, que afecta a la
conciencia de la totalidad del reino humano, desciende hasta las ra�ces
de la vida humana, simulando la chispa de
la divinidad en el centro de cada �tomo de sustancia.
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Probablemente existen
tantas formas de meditar como meditadores. Sin embargo, todo contribuye a
una vasta meditaci�n planetaria, recibiendo y distribuyendo energ�as m�s
elevadas a la conciencia humana como servicio planetario. En l�nea con la
nota clave de este festival, la personalidad, infundida por el alma, crea
una forma de vida diaria que est� motivada espiritualmente, basada en
principios que iluminan e inspiran a otros. A medida que la vida de la
personalidad va volvi�ndose trasl�cida y radiante, se convierte en
servicio a la humanidad. Y esto es lo que la familia humana est� creando:
una iluminada casa de tres plantas que consta de la mente, las emociones y
la expresi�n f�sica. En cada nivel de vida y percepci�n puede liberarse
luz para irradiar la oscuridad, de forma que la casa de tres plantas de la
personalidad se vuelva radiante, amorosa e iluminada.
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Esta energ�a que fluye desde la
constelaci�n de C�ncer hacia nuestro sistema solar, a nuestro planeta, y
a la conciencia humana, estimula la conciencia grupal, la percepci�n de
la humanidad como un reino. Esta influencia tiende a despertar la
autoconciencia individual como un primer paso necesario hacia la
conciencia grupal. En el reino humano existe una secuencia natural de
crecimiento de la conciencia que puede definirse, sencillamente, mediante
las palabras: dependencia - independencia - interdependencia.
La enorme mayor�a de la humanidad tiende a ser dependiente de
numerosas formas. Con el desarrollo de la independencia se alcanza
la etapa de autoconciencia y autoafirmaci�n individual. El siguiente
paso, la interdependencia, comporta una percepci�n de la
humanidad como un centro unificado e interactivo de vida y conciencia,
dentro de una vida mayor. Gran parte de la agitaci�n actual de nuestras
vidas, ya sea econ�mica o pol�tica, es el resultado de este creciente
reconocimiento de interdependencia entre pueblos y entre naciones.
Diversas naciones se encuentran ahora en la etapa de independencia, esforz�ndose
por alcanzar una plena comprensi�n de la naturaleza de la
interdependencia, de la interrelaci�n y de la participaci�n planetaria.
La clave de este entendimiento es la cooperaci�n,
pero a�n queda mucho por avanzar en su aplicaci�n pr�ctica.
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Mientras nos mantenemos
inmersos en pensamientos materialistas, ego�stamente individuales o
influidos por emociones colectivas y miedos colectivos, la naturaleza
inferior o instintiva es la que controla. Pero, mediante la repetida
experiencia del sufrimiento, que resulta del ego�smo, el alma, la
divinidad interna viva, empieza a ejercer su influencia. La sensibilidad
aumenta y el intelecto reemplaza a las reacciones instintivas. El uso de
la corriente de energ�a disponible en la Luna Llena de C�ncer ayuda a
soltar o liberar el principio del alma, aprisionado por la personalidad
ego�sta. La forma se percibe entonces como un simple veh�culo, como el
medio creativo de expresi�n para el alma. A medida que la personalidad se
vuelve gradualmente progresista e iluminada, a fuerza de servir para
elevar la conciencia humana, el alma queda liberada de sus ataduras y se
muestra visiblemente en la vida humana. Sabidur�a y raz�n, o intuici�n,
empiezan a reemplazar al intelecto, revelando el significado y naturaleza
de la interrelaci�n, que es la verdadera cualidad de la vida.
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Este singular flujo de
energ�a nos da la oportunidad de comprender que la forma, la materia,
deber�a ser, debe ser y puede ser, infundida por la vida y la conciencia
del alma. Hemos llegado demasiado lejos con el materialismo. Hemos vivido
rigi�ndonos por valores materialistas y nos hemos mantenido atrasados e
irresponsables. Pero actualmente, gracias al progreso y a las crisis, a la
experiencia y a la madurez espiritual, la conciencia humana est�
empezando a vislumbrar que el Cristo interno est� emergiendo en el coraz�n
de la humanidad. Este nuevo nivel de conciencia revela el hecho de que la
humanidad debe crear ahora un nuevo materialismo, un nuevo nivel de vida.
Las formas e ideales del pasado, viejas y agresivas, deben cambiar.
Estamos presenciando una confrontaci�n entre las fuerzas del materialismo
y las Fuerzas de la Luz, entre el bien individual y el bien grupal, una
confrontaci�n que se extiende a todas las �reas de la vida nacional y
planetaria.
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Trabajando en meditaci�n,
como grupo planetario, con la corriente disponible de luz, amor y voluntad
espiritual necesarios para proveer nuevas formas de pensamiento, podemos
demostrar el esp�ritu inherente a la humanidad. Debemos atrevernos a
pensar de forma nueva. Bajo el impacto de fuerzas extra-planetarias,
nuevas ideas fluyen hacia la mente de la humanidad. En esta mezcla de
energ�as que est�n afluyendo ahora sobre el planeta y ancl�ndose en la
conciencia humana se encuentran los nuevos ideales para aprehender, nuevas
formas de hacer las cosas y nuevas formas de servir y amar a
la humanidad a nuestra disposici�n para aprender.
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Actualmente, las �reas
iluminadas de la conciencia humana se est�n expandiendo por todas partes.
La forma de cooperar con esta expansi�n tan necesaria es mediante un
servicio alegre. Cada uno puede contribuir a la liberaci�n del alma
humana 'y a su iluminadora demostraci�n por medio de la meditaci�n y del
pensamiento reflexivo en los d�as de la Luna Llena.
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La forma m�s efectiva que tenemos
de cooperar con las Fuerzas de la Luz para abrir el camino hacia un futuro
mejor es, sobre todo, el uso y distribuci�n crecientes de
La Gran
Invocaci�n. La Invocaci�n fue dada a la humanidad como un instrumento de
servicio y est� ya efectuando cambios en la conciencia humana. Es una
forma de servicio tan sencilla y obvia que su tremendo poder espiritual
podr�a pasarse por alto.
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�LA
GRAN INVOCACI�N�
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios,
Que afluya luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.
Desde el punto de Amor en el Coraz�n de Dios,
Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.
Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,
Que el prop�sito gu�e a las peque�as voluntades de los hombres;
El prop�sito que los Maestros conocen y sirven.
Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,
Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.
Que la Luz, el Amor y el Poder restablezcan el Plan en la Tierra.
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Solicite
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"Los
doce festivales anuales constituir�n una revelaci�n de la Divinidad"
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Alice
A. Bailey
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Para profundizar este tema descargue
aqu� y ahora:�
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C�ncer - Astrolog�a Esot�rica por
E. G.
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Meditaciones
de Luna Llena - Preliminar
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Doce
Festivales de Plenilunio
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Meditaci�n
de Plenilunios
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La
Ciencia de la Meditaci�n
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La
Nueva Religi�n Mundial
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Enlace sobre La Gran
Invocaci�n:�
www.gidgi-argentina.org
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